En la clase hay un niño chino. Su padre tiene un restaurante chino cerca del cole.
El nombre del chinito es muy raro: Chili Yi.
¿ Nos quieres contar alguna fábula de tu gran nación?, le dijo la seño.
De acuerdo.
Imagino que ninguno la sabrá. Hace muchos siglos había en la China un joven guapo y fuerte.
¿Qué quería hacer?, interrumpió Cora.
Espera, ten paciencia. Los chinos somos muy pacientes. No interrumpimos a nadie cuando habla.
Perdona, Chili Yi, dijo Cora.
Bueno, pues sigo. Este joven fuerte aprendió a matar dragones. Un oficio difícil. Una vez que lo hubo aprendido, se marchó por todo el país.
Ya desesperado, fue al emperador y le pidió que le dijera en dónde había dragones para matarlos porque eran muy malos.
¿Y qué hizo el emperador chino?, pregunto Cristian.
Le respondió así: Los dragones existen sólo en ti. Mátalos.
El nombre del chinito es muy raro: Chili Yi.
¿ Nos quieres contar alguna fábula de tu gran nación?, le dijo la seño.
De acuerdo.
Imagino que ninguno la sabrá. Hace muchos siglos había en la China un joven guapo y fuerte.
¿Qué quería hacer?, interrumpió Cora.
Espera, ten paciencia. Los chinos somos muy pacientes. No interrumpimos a nadie cuando habla.
Perdona, Chili Yi, dijo Cora.
Bueno, pues sigo. Este joven fuerte aprendió a matar dragones. Un oficio difícil. Una vez que lo hubo aprendido, se marchó por todo el país.
Ya desesperado, fue al emperador y le pidió que le dijera en dónde había dragones para matarlos porque eran muy malos.
¿Y qué hizo el emperador chino?, pregunto Cristian.
Le respondió así: Los dragones existen sólo en ti. Mátalos.